Los gatos Ragdoll tienen sus raíces en la década de los 60, cuando Ann Baker, una criadora de gatos de California, comenzó a trabajar en el desarrollo de esta raza excepcional. Todo comenzó con una gata blanca Angora llamada Josephine, cuya descendencia mostraba características extraordinarias. Lo más notable era su tendencia a relajarse por completo cuando se les alzaba lo que inspiró el nombre "Ragdoll" o "muñeca de trapo".
Fascinada por estas cualidades únicas, Ann Baker se dedicó a criar y perfeccionar la raza Ragdoll de manera sistemática. La historia de su creación está envuelta en cierta mitología, ya que Baker incorporó varias razas, como Persas, Siameses y Birmanos, para lograr las características distintivas que hoy conocemos en los Ragdolls. A pesar de las historias extravagantes que han surgido, la verdad es que Baker estableció su propio programa de cría, trabajando hacia un estándar específico para la raza.
Con el tiempo, los Ragdolls comenzaron a ganar popularidad y finalmente fueron reconocidos oficialmente como una raza en la década de los 60. Entre sus características más notables se encuentran su pelaje largo y sedoso, sus penetrantes ojos azules y su temperamento excepcionalmente dócil. Son conocidos por su tendencia a relajarse completamente cuando se los sostiene, lo que añade un toque único a su personalidad.
En la actualidad, los Ragdolls son valorados como compañeros afectuosos y relajados. Su historia singular y sus características encantadoras los convierten en una elección popular para aquellos que buscan un gato de compañía con un carácter tranquilo y una apariencia impresionante.
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